¿Cómo y por qué mantener limpio el aire en la oficina?

El tratamiento para el síndrome del edificio enfermo.

Las enfermedades respiratorias son las que se transmiten más fácilmente durante la realización de actividades cotidianas. Muchas infecciones se producen por la inhalación de patógenos procedentes del aire. Por eso, mantener limpio el aire en la oficina es primordial.

Gran parte de las profesiones se desarrollan en el interior de edificios. Y los expertos ya señalan que el aire que respiramos en interiores a veces está más contaminado que el del exterior. De hecho, ya se ha acuñado el término SEE (Síndrome del Edificio Enfermo). Se trata de una patología que ya afecta a más de la mitad del personal que trabaja en oficinas. La solución parece bien sencilla y pasa por mejorar la calidad del aire que respiramos en interiores. Hay otros factores importantes, como la luz, la postura corporal… pero el aire es vital a corto plazo.

La contaminación generada por humos de combustión como las procedentes del tráfico, de las calderas de calefacción, diversos productos nocivos utilizados de forma habitual, malos olores, una inadecuada renovación del aire, ventilación insuficiente e incorrecta, humedad relativa baja, hará que el ambiente de la oficina no sea nada saludable.

¿Qué problemas puede ocasionar el síndrome del edificio  enfermo a nuestro sistema respiratorio?

Los problemas respiratorios o de alergia son las principales consecuencias que podemos sufrir en un edificio enfermo. Dolor de cabeza, sinusitis, secreciones o sequedad nasal, picores y sequedad de garganta, dificultades respiratorias, irritación de ojos y de piel son otros síntomas. Por ello, resulta imprescindible mantener limpio el aire en la oficina.

Y lo peor de todo es que cada vez estamos más acostumbrados a trabajar en edificios en los que no se abren las ventanas, sobre todo en edificios de nueva construcción, en los que esta posibilidad ni siquiera existe. ¿Cómo ventilamos entonces? La cuestión no debería ser un problema si la oficina o el edificio cuenta con adecuados sistemas de ventilación y aumenta las ratios de entrada de renovación del aire.

Además, tenemos que tener en cuenta que no purificar el aire incrementa las posibilidades de transmisión de virus entre personas. Algo que en estos momentos preocupa especialmente. Eso sin tener en cuenta que la proliferación de microorganismos en entornos cerrados aumenta la cantidad de infecciones y encarece los costes (absentismo laboral, bajas laborales periódicas, etc.).

Está claro que a través del aire se dispersa una enorme cantidad de microorganismos patógenos, invisibles para el ojo humano, pero no para Genano.

Tecnología Genano, el cazador nanométrico para mantener limpio el aire en la oficina

Con los purificadores de aire de Genano es posible destruir las partículas nocivas presentes en estos entornos y mejorar de forma sustancial la calidad del aire en espacios cerrados. Estos dispositivos tienen numerosos beneficios socio económicos, su funcionamiento permite la captura y destrucción de las partículas contaminantes del aire a través de descargas eléctricas seriadas en corona. Su función es purificar totalmente el aire, librándolo de cualquier compuesto adicional que pueda suponer un riesgo para la salud y asegurando la máxima higiene.

Genano impide la propagación de infecciones a través de la acumulación de microorganismos nocivos en el aire en interiores. Y lo mejor de todo es que es capaz de eliminar partículas de hasta tamaños nanométricos, un súper poder del que carecían hasta ahora otros purificadores de aire. De esta forma el polen, las gases de combustión y diversos productos químicos procedentes de la  limpieza y mobiliario denominados COV (componentes órgano volátiles) son eliminados.

Disminuyen los costes socioeconómicos. Pero es que, además, los dispositivos se instalan con comodidad y son de fácil mantenimiento: disponen de funciones de lavado automático e informes de eficacia.

La revolución que puede terminar con el síndrome del edificio enfermo.