Plagas de otoño: Prevención de la procesionaria

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Plagas de otoño

Comienza el otoño y con la nueva estación llegan nuevas plagas. Septiembre y octubre son los meses más adecuados para actuar contra especies tan nocivas contra los pinos y la salud de las personas como es la procesionaria, que en esta época del año comienza a extenderse comiendo las acículas de los brotes más tiernos de los árboles.
La procesionaria es una oruga muy común, fácilmente identificable en parques y jardines cuando termina su último estadio y busca su anidación en el suelo, entonces tiene mayor capacidad para ocasionar daños en los seres vivos.
Son insectos de cierto riesgo que producen reacciones alérgicas, en algunos casos muy severas, y urticantes, que pueden dañar al ser humano y a los animales domésticos, y esto no solo mediante el contacto directo, ya que, ante cualquier alteración en su paso, también es capaz de lanzar sus pelos urticantes al aire que pueden ser aspirados por los seres vivos e incluso introducirse en su piel.
Ataca fundamentalmente a los pinos, pero también pueden afectar a otros tipos de árboles, dentro del grupo de las pináceas.

Tratamiento contra la procesionaria

En otoño estos insectos comienzan a salir de los huevos, se van alimentando de las acículas más jóvenes de los pinos,  transformándose tras varias «mudas» en orugas desarrolladas. Cuando llega la primavera las orugas descienden del pino al suelo, donde se entierra para formar las crisálidas y completar su ciclo biológico. En este descenso es cuando en mayor medida pueden afectar a personas y animales.

Para lograr que esto no suceda, es fundamental la prevención cuando este insecto está en los primeros estadios, orugas muy pequeñas, que son fácilmente controlables sin el uso de insecticidas.

Para ello es recomendable comenzar ahora con actuaciones de control de procesionaria, con la utilización de productos biorracionales que son escasamente contaminantes, menos que los que se tendrían que utilizar en el caso de orugas en su último estadio cuando ya estas han alcanzado un tamaño de 25 a 40 mm.
Existen varios métodos, desde Alcora Salud Ambiental ofrecemos durante el inicio del otoño tratamientos con reguladores de crecimiento que impiden el desarrollo de la oruga provocando su muerte sin la utilización de insecticidas. Estos tratamientos deben hacerse en los primeros estadios larvarios de la oruga.
Cuando la oruga ya se ha desarrollado  existen otros métodos para combatir la procesionaria, antes de su descenso del árbol, que consiste en cortar y retirar los bolsones de seda que les sirven de protección y refugio en  los días más fríos del invierno.
Sin embargo, recomendamos realizar labores preventivas cuanto antes mejor para proteger al árbol y mitigar los futuros daños ocasionados por la plaga ya que en algunos casos los pinos pueden morir si el árbol está algo debilitado y el ataque que se produce tiene cierta entidad.
Además, Alcora Salud Ambiental, en caso de ser necesario utiliza insecticidas de mínimo impacto ambiental, escasamente nocivos para el ser humano y extraordinariamente respetuosos con el medio ambiente. Los procedimientos de aplicación están desarrollados bajo una dirección técnica cualificada, que le ofrecerá en todos los casos el mejor resultado.